6/06/18 Última actualización:  

Publicada:07-12-2018

Navidad, «luz y ternura de Dios»

El árbol y el pesebre, «dos signos que nunca dejan de fascinarnos, nos hablan de la Navidad y nos ayudan a contemplar el misterio de Dios hecho hombre para estar cerca de cada uno de nosotros», dijo el papa Francisco. Pero también pueden llevar a las familias y a los lugares de encuentro «un reflejo de la luz y la ternura de Dios, para ayudar a todos a vivir la fiesta del nacimiento de Jesús», dijo el Papa al agradecer a los donadores del árbol navideño que adorna la Plaza de San Pedro. Éste con una altura de 20 metros, simboliza «a Dios que con el nacimiento de su Hijo Jesús se ha entregado al hombre para elevarlo a sí mismo y levantarlo de las nieblas del egoísmo y el pecado. Además, con sus luces nos recuerda que Jesús es la luz del mundo, es la luz del alma que aleja la oscuridad de las enemistades y deja espacio para el perdón», comentó el Papa.
El pesebre de este año, ubicado en el centro de la Plaza, está hecho con arena jesolana, originaria de los Dolomitas, cadena montañosa. La arena, «material pobre recuerda la sencillez, la pequeñez con que Dios se mostró con el nacimiento de Jesús en la precariedad de Belén. Pero recordemos que la pequeñez es libertad. Y todos estamos llamados a ser libres ante Dios y a tener la libertad de un niño ante su padre». El Niño Jesús que colocamos en el pesebre «es Santo en la pobreza, la pequeñez, la sencillez y la humildad».
Vatican News

 

 

 

 
 
 
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