06/05/19
Unicef ya ha recibido 5.7 millones de dólares de los 29 millones que necesita para apoyar las necesidades básicas de los 327 mil niños venezolanos refugiados en Colombia y de sus familias. Un cifra necesaria y urgente para vacunar a más de 30 mil niños, suministrar agua, saneamiento e higiene en las escuelas para 13 mil, y proporcionar oportunidades de aprendizaje formal e informal para 40 mil. Pero no sólo los más pequeños están en el centro de las prioridades de la organización, también las mamás, teniendo como objetivo otorgarles micronutrientes a 15 mil madres con lactantes.
La situación económica y política que atraviesa en la actualidad Venezuela ha obligado ya a casi 4 millones de venezolanos a dejar sus hogares y emigrar a los países vecinos a buscar mejores oportunidades y calidad de vida. De esos 4 millones, 1.2 de ellos están en Colombia donde a menudo viven en albergues con recursos limitados, entre los que se encuentran 327 mil niños.
Según Unicef, actualmente más de 130 mil niños venezolanos están matriculados en escuelas colombianas; una cifra que ha aumentado considerablemente si la comparamos con los 30 mil menores que estaban inscritos en noviembre del año pasado y casi 10 mil de estos estudiantes se encuentran en la ciudad fronteriza de Cúcuta. «La situación grave en Venezuela ha dejado a muchos padres sin otra opción que buscar oportunidades educativas para sus hijos al otro lado de la frontera. He visto a cientos de estudiantes cruzar Cúcuta al alba, bajo una lluvia torrencial, para ir a la escuela. Esta dedicación al aprendizaje por parte de padres y estudiantes es una lección de compromiso, perseverancia y determinación para todos nosotros» declaró la directora de Comunicaciones de Unicef, Paloma Escudero.
El puente Simón Bolívar entre Colombia y Venezuela es cruzado diariamente por cientos de madres que viajan durante horas para realizar visitas prenatales, vacunar a sus hijos, llevarlos a la escuela y buscar comida para sus familias. «Durante cuatro días que estuve de misión en Cúcuta conocí a una madre que tenía epilepsia y estaba embarazada de ocho meses. Tenía que venir a Colombia para hacer visitas prenatales y proteger su salud y la de su bebé», dijo la vocera, puntualizando que «para la mayoría de las familias, la decisión de irse del país es sólo una medida de último recurso».
vaticannews.va
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