30/08/19
lavanguardia.com
Thunberg fue invitada a una cumbre de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el cambio climático que se realizará durante el debate anual de alto nivel en la Asamblea General, pero también participará en una huelga climática global, entre otras actividades.
Thunberg saludó con la mano y una sonrisa al bajar del Malizia II, velero de 18 metros de eslora con una frase sobre sus velas: «Unirse detrás de la ciencia», y que genera cero huella de carbón; tras pisar tierra por primera vez en 14 días, se sumó a un grupo de activistas jóvenes que la esperaban, algunos de los aproximadamente 2 millones que se han movilizado alrededor del mundo inspirados por sus huelgas escolares para exigir acción inmediata sobre el cambio climático.
En una breve conferencia de prensa, reiteró su mensaje de que el cambio climático es el mayor problema que jamás haya enfrentado la humanidad: «Esta es una lucha a través de fronteras, a través de continentes… para salvar al mundo». Agregó que se requiere una acción de cooperación mundial a pesar de nuestras diferencias, como nunca antes para revertir esta amenaza. Ya no esperemos más, hagámoslo ahora mismo.
Al preguntarle otra vez sobre Donald Trump, Thunberg repitió que «obviamente él no… escucha a la ciencia», y cree que no piensa que valga la pena hablar con él, sino mejor trabajar con otros. Sobre los incendios en Amazonia, comentó que le había llegado la noticia devastadora y horrible en el barco, y que una vez más la respuesta es poner fin a la guerra contra la naturaleza.
Instó a los activistas a que «continúen adelante, aunque a veces parece imposible y sin esperanza; siempre es así, entonces uno tiene que continuar porque si uno lo intenta lo suficiente harás una diferencia, y si suficiente gente se une… todo es posible».
Indicó que preferiría que no hubiera tanto enfoque hacia ella, sino sobre esta crisis, pero no puedo hacer mucho sobre eso, si eso permite mayor atención sobre el cambio climático, entonces usaré esa oportunidad.
Su acción solitaria de abandonar clases cada viernes –que empezó justo hace un año– y sentarse frente al Parlamento sueco en Estocolmo con el fin de exigir a los políticos ponerse en acción por el cambio climático, generó un movimiento llamado Los Viernes para el Futuro (Fridays for Future), con acciones en más de 100 países.
La Jornada
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