Lulú
06/03/20
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, alrededor de 50 por ciento de los niños migrantes que cruzaron en 2019 una zona selvática que separa Colombia de América Central, eran menores de 6 años y procedían de más de 50 países diferentes, entre ellos India, Somalia, Camerún, República Democrática del Congo y Bangladesh. Estas cifras, dijo Unicef, se basan en datos de los servicios nacionales de migración.
Además, el organismo de la ONU advirtió sobre los graves riesgos a los que se enfrentan los niños migrantes y sus familias durante esta peligrosa travesía, como la falta de acceso al agua potable, la exposición a peligros naturales, animales peligrosos, robo, abuso y explotación. «El espectacular aumento del número de niñas y niños migrantes que se movilizan a lo largo del Tapón del Darién –señaló la representante de Unicef en Panamá, Kyungsun Kim– indica la urgente necesidad de adoptar medidas para proteger a los menores y garantizar su acceso a servicios esenciales, tales como atención sanitaria, el agua y la higiene». «Esto requiere esfuerzos coordinados y reforzados sobre el terreno de los Gobiernos y los organismos humanitarios –subrayó Kyungsun Kim– en respuesta al flujo de niños en tránsito y a sus necesidades».
Asimismo, se informó que los migrantes que llegan a Panamá después de cruzar la frontera de Colombia con Panamá son atendidos en la Oficina de Recepción de Migrantes de La Peñita en la provincia del Darién, en Panamá. Posteriormente, las autoridades los envían a la Oficina de Los Planes en la provincia de Chiriquí, en la frontera con Costa Rica. La mayoría continuará su camino hacia el norte, con la intención de llegar a Estados Unidos o Canadá.
Unicef también dio a conocer que, junto a sus socios, realizan algunas actividades de atención a los migrantes mientras están en tránsito en Panamá. «Abastecimiento de ayuda humanitaria, exámenes para determinar el nivel de nutrición, pruebas de embarazo y atención sanitaria. Instalación de sistemas de agua capaces de almacenar a diario más de 30 mil litros de agua potable para los migrantes, las comunidades de apoyo, las escuelas y las instituciones gubernamentales. Ayuda para mejorar las condiciones de saneamiento y las prácticas de higiene. Establecimiento de espacios adaptados para los niños migrantes y locales donde puedan jugar y recibir apoyo psicosocial, y en los que las madres puedan descansar y amamantar a sus bebés con seguridad».
vaticannews.va
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