Misioneros Combonianos
24/08/20
El prolongado cierre de centros educativos en diversos países de África subsahariana debido a la pandemia global del Covid-19 acarrea otra serie de peligros para sus estudiantes, como mayor violencia y estrés en el hogar o malnutrición, advirtieron Unicef y la OMS.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) abogó, en conferencia virtual conjunta con la Organización Mundial de la Salud (OMS), por una «reapertura segura» de los colegios en la región para proteger a millones de alumnos.
«El cierre de las escuelas está potencialmente agravando el riesgo de embarazos adolescentes, la violencia padecida por los niños, un mayor abuso de drogas, ansiedad, soledad y aislamiento», enumeró la directora regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti.
Según una encuesta de la OMS hecha en 39 países de África subsahariana, sólo en seis de ellos los colegios están operando en su totalidad, mientras que se mantienen cerrados en 14 naciones y abiertos para exámenes en otras 19. Además, al menos 18 millones de menores se enfrentan a mayor inseguridad alimentaria al no contar con el almuerzo que recibían en sus centros escolares, señaló Moeti.
«Pese a reaperturas parciales este año, al sur y este de África seguimos con 75 millones de niños sin la oportunidad de aprender», recordó, por su parte, el director regional de Unicef para esta región, Mohamed M. Malick Fall, quien advirtió de que entre «20 y 25 por ciento de los alumnos podrían no regresar a la escuela. Este riesgo es todavía mayor para las niñas y adolescentes, sobre todo aquellas desplazadas por la violencia o de familias con pocos ingresos, a menudo víctimas de actos de violencia y explotación sexual que conducen a embarazos no deseados; lo que más tarde les impide continuar con sus estudios.
Asimismo, ambas instituciones abordaron la necesidad de priorizar la educación, pero adaptándose a las nuevas necesidades de esta pandemia, con clases de menos alumnos en las que, tanto ellos como los profesores, puedan lavarse las manos, guardar las distancias y controlar su temperatura corporal. «Se trata de volver, pero volver mejor», resumió Fall, al señalar que estas medidas servirían a su vez para «aumentar la calidad de la educación» al beneficiar a los alumnos y ofrecer un espacio más higiénico y seguro. Algo aún difícil de garantizar en África subsahariana, donde sólo 44 por ciento de los colegios cuenta con agua potable y 47 por ciento con servicios básicos de saneamiento, según el informe de la OMS y Unicef.
«Si la educación se ve comprometida se podría hablar de una generación perdida», sentenció Fall, quien señaló que, además, se trata de la generación que tendrá que enfrentarse a crisis futuras como la del Covid-19.
Fuente: informador.mx
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