vaticannews.va
25/01/21
Dos meses después del paso de los poderosos huracanes Eta e Iota, más de millón y medio de niños siguen expuestos a enfermedades mortales en Centroamérica, ya que muchos sistemas de agua, incluyendo pozos y letrinas, han sido contaminados, dijo el director regional de Unicef para América Latina y El Caribe, Jean Gough, al final de una misión de campo de 10 días en comunidades afectadas en Centroamérica.
En Honduras, Guatemala y Nicaragua, más de mil 230 escuelas han resultado parcialmente dañadas o destruidas. Se dañaron o destruyeron techos, baños y paredes, y se arruinaron equipos y materiales escolares. Si no se toman medidas inmediatas, muchos niños corren el riesgo de perder la posibilidad de asistir a la escuela durante otro año escolar debido al impacto de los huracanes. «Me duele que muchas casas y escuelas sigan enterradas bajo la arena o cubiertas de barro en las comunidades afectadas por los huracanes –afirmó Jean Gough–; he visto las lágrimas en las madres al ver que su inversión en el bienestar de sus hijos se ha perdido».
Las necesidades humanitarias de las familias con niños siguen siendo generalizadas y durarán mucho tiempo. Muchos pozos han sido contaminados y los sistemas de agua han sido dañados y destruidos. Sin acceso a agua limpia, el riesgo de diarrea y otras enfermedades transmitidas por el agua sigue siendo alto. A menos que se tomen medidas urgentes, es probable que haya más niños desnutridos, que abandonen la escuela y que caigan en la pobreza.
Las zonas afectadas también padecen algunos de los mayores niveles de violencia y pobreza del mundo, incluso antes de la pandemia. Los huracanes y las repercusiones socioeconómicas de la pandemia han empujado a más familias con niños a la pobreza. «Es urgente mejorar sus condiciones de vida para que puedan permanecer en sus comunidades afectadas por los huracanes Iota y Eta, incluido el regreso a las escuelas», subrayó el funcionario.
Junto con los gobiernos y otros aliados, los equipos de Unicef están proporcionando asistencia humanitaria en respuesta a las necesidades más urgentes de niños y familias en los países afectados por el huracán en toda América Central, incluyendo Honduras, Guatemala y Nicaragua.
Fuente: vaticannews.va
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