“En la meditación intervienen el pensamiento, la imaginación, la emoción y el deseo. Esta movilización es necesaria para profundizar en las convicciones de fe, suscitar la conversión del corazón y fortalecer la voluntad de seguir a Cristo.
La oración cristiana se aplica preferentemente a meditar los misterios de Cristo”, dijo el papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles, 28 de abril, continuando con su ciclo de catequesis dedicados a la oración.
En su 31 catequesis dedicada a este tema, el Pontífice reflexionó sobre la “Meditación como forma de oración”, a partir del pasaje bíblico del Evangelio de San Juan (14,25-25; 16,12-15), en el cual Jesús anuncia a sus discípulos que, cuando venga el Espíritu Santo, “les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho”.
Ponerse delante de la Revelación
En este contexto, el Santo Padre precisó que, “para un cristiano ‘meditar’ es buscar una síntesis: significa ponerse delante de la gran página de la Revelación para intentar hacerla nuestra, asumiéndola completamente”.
Y el cristiano, después de haber acogido la Palabra de Dios, no la tiene cerrada dentro de sí, porque esa Palabra debe encontrarse con «otro libro», que el Catecismo llama «el de la vida». Es lo que intentamos hacer cada vez que meditamos la Palabra.
En el mundo de hoy todos necesitamos meditar
Asimismo, el papa Francisco señaló que, la práctica de la meditación no es solamente de los cristianos, sino que existe una práctica meditativa en casi todas las religiones del mundo, incluso es una actividad difundida entre personas que no tienen una visión religiosa de la vida.
“Todos necesitamos meditar, reflexionar, reencontrarnos a nosotros mismos, es una dinámica humana. Sobre todo, en el voraz mundo occidental – subrayó el Papa – se busca la meditación porque esta representa un alto terraplén contra el estrés cotidiano y el vacío que se esparce por todos lados”.
La meditación es un fenómeno que hay que mirar con buenos ojos, señaló el Pontífice, de hecho, poseemos una vida interior que no puede ser siempre pisoteada. Meditar es por tanto una necesidad de todos.
Meditar es una forma de encontrar a Jesús
Finalmente, el Papa dijo que esta es por tanto la gracia de la oración cristiana, que Cristo no está lejos, sino que está siempre en relación con nosotros. “No hay aspecto de su persona divino-humana que no pueda convertirse para nosotros en lugar de salvación y de felicidad. Cada momento de la vida terrena de Jesús, a través de la gracia de la oración, se puede convertir para nosotros en contemporáneo”.
Gracias al Espíritu Santo, también nosotros estamos presentes en los diferentes momentos de la vida de Jesús. No hay página del Evangelio en la que no haya lugar para nosotros. Meditar, para nosotros cristianos, es una forma de encontrar a Jesús. Y así, solo así, reencontrarnos con nosotros mismos.
Crédito de la nota: Vatican News.
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