En medio de los grandes cambios de la historia y del equilibrio del mundo, las palabras y reflexiones de Juan Pablo II son y siguen siendo una brújula para guiar a la humanidad. Su legado aún hoy, en este tiempo sacudido por la pandemia, se refleja en la encomienda a María, en la exhortación a abrir las puertas a Cristo, en el testimonio dado incluso en la prueba de la enfermedad.
«No tengas miedo»
El 22 de octubre de 1978 fue el día de la misa de inauguración del Pontificado. En su homilía, el nuevo Obispo de Roma pronunció estas palabras: «¡Hermanos y hermanas! No tengas miedo de aceptar a Cristo y su poder. ¡Ayuda al Papa y a todos los que quieren servir a Cristo y, con el poder de Cristo, servir a los hombres y a toda la humanidad! No tengas miedo. Abran, de verdad, abran de par en par las puertas a Cristo».
La redención no evita el sufrimiento humano
El 22 de octubre de 1980, día de la Audiencia General. Al saludar a los enfermos, el Papa Juan Pablo II subraya que «la comunión del sufrimiento con Cristo nos recuerda a todos que, precisamente a través de sus sufrimientos, nos ha redimido de la alienación del pecado y nos ha devuelto la comunión con Dios». A vosotros -dijo- va mi deseo, así como la seguridad de mi oración, de que penetren cada vez más en el reconfortante misterio de la redención, que no elude, sino que incluye necesariamente el sufrimiento humano.
Los jóvenes y la evangelización
Reunido el 22 de octubre de 1995 con algunos prelados de Brasil, Juan Pablo II subrayó que los jóvenes serán «los constructores del futuro. Los jóvenes no sólo son evangelizados, sino que también son evangelizadores que dan a conocer el Evangelio a sus compañeros, incluso a los que se han alejado de la Iglesia y a los que aún no han escuchado la Buena Noticia. Muchos jóvenes tienen un enorme potencial de generosidad, dedicación y compromiso y se sienten atraídos por formas de voluntariado, especialmente cuando se trata de servir a los necesitados».
El 2 de abril de 2005, a las 21.37 horas, el cardenal Leonardo Sandri anunció en la plaza de San Pedro, que «nuestro amado Santo Padre Juan Pablo II regresó a la Casa del Padre».
Crédito de la Nota: Vatican News.
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