«Para ser un buen padre hay que formarse a través de la oración, el conocimiento de la Palabra de Dios, la información y el acompañamiento», ha dicho Mons. Emmanuel Adetoyese Badejo, obispo de la diócesis de Oyo, Nigeria, en referencia a la formación de los jóvenes que un día serán padres. Además ha añadido que para que la sociedad se recupere de los problemas actuales de delincuencia, criminalidad e inquietud juvenil, se necesitan buenos padres que ayuden a los jóvenes a convertirse a su vez en buenos padres.
«Muchos jóvenes que se convertirán en buenos padres aprenderán de su casa, de sus padres y de su familia. Este es el ambiente ideal y ordinario para aprender las virtudes de la paternidad», ha dicho el obispo. «Sin embargo, desgraciadamente -insiste Mons. Badejo- muchos jóvenes pueden no disfrutar de esta oportunidad. Por ello, las Iglesias, las familias, las escuelas y la sociedad deben acudir en su ayuda. Los buenos padres se convierten en buenos padres por el ejemplo que reciben de los adultos».
«Nuestros jóvenes deben convertirse en padres como María y José», ha continuado explicando el Ordinario de Oyo en su mensaje «Como José y María: en la clausura del Año de san José» lanzado con motivo de la conclusión, el próximo 8 de diciembre, del Año especial dedicado a san José.
«La Iglesia debe guiar a los jóvenes para que comprendan que el amor a la Escritura, la oración y la obediencia a la Palabra de Dios son esenciales para aprender las virtudes de la paternidad. Hay que hacer referencia constante a cómo la obediencia a la Palabra de Dios ayudó a José y María a destacarse como padres. La Iglesia debe enseñar a los jóvenes que la vida es sagrada e inviolable, y que cada niño está hecho a imagen y semejanza de Dios Todopoderoso».
El obispo Badejo también habla del papel de la escuela como lugar fundamental donde los jóvenes aprenden a ser padres. «No es sólo un lugar para adquirir conocimientos, sino también para obtener información y formación sobre la vida y la sociedad en general. La comunidad local también puede ayudar proporcionando buenos modelos de conducta. Como decimos en nuestras comunidades: ‘las parejas tienen hijos, pero los pueblos enteros los crían’. Estoy de acuerdo con Mahatma Gandhi, no hay escuela igual a un hogar decente ni maestro igual a un padre virtuoso», concluyó.
Crédito de la nota: Agencia Fides.
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