«La esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna». Esta frase del Papa, tomada de su encíclica Fratelli tutti, describe la caminata sin precedentes que realizará hasta el Polo Norte, Michael Haddad, un joven libanés que se mueve con un exoesqueleto mecánico debido a un accidente que paralizó 75 por ciento de su cuerpo. En su recorrido, llevará consigo una pequeña versión, de sólo 6×8 centímetros, del libro del papa Francisco «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?», realizada especialmente para la ocasión por la Librería Editora Vaticana.
Bendecido por el Santo Padre, el librillo que cabe en la palma de la mano, creado por iniciativa del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, será llevado por Haddad, atleta profesional a pesar de su discapacidad, hasta un búnker de semillas de Svalbard, el más grande y seguro del mundo, ubicado en Noruega, mil 300 kilómetros más allá del Círculo Polar Ártico. Allí, al final de la caminata, este valiente joven libanés y embajador de buena voluntad de la ONU para asuntos medioambientales, dejará en un estuche de plexiglás, el pequeño libro como un símbolo de esperanza y de fe por la salvaguarda de la casa común y la Creación.
Francisco y Michael
«Reza por mí en el Polo Norte», le había dicho el Papa cuando se encontró con él el 2 de junio en el patio de San Dámaso al final de la audiencia general. Y ahora, Haddad a sus 40 años, llevará este pequeño libro que recoge las palabras más significativas pronunciadas por el Papa durante la emergencia sanitaria que arrasó el planeta, en particular, las homilías de las misas matutinas en la capilla de la Domus Santa Marta, residencia escogida por el Pontífice en la ciudad del Vaticano. El libro va acompañado de fotos de la inolvidable noche del 27 de marzo de 2020, cuando el mundo entero se conectó a los televisores y a los teléfonos inteligentes para seguir al Obispo de Roma en su solitario paseo por una Plaza de San Pedro desierta.
Cuidar el ambiente sin limitaciones
Michael, paralizado desde los seis años por una lesión medular, irá con muletas y un esqueleto mecánico que le permite movilizarse, hasta el Polo Norte, para llevar además del mensaje del Santo Padre, el suyo como activista climático y embajador del medio ambiente. Un gesto simbólico para encender el fuego de la esperanza en uno de los lugares más fríos del planeta. Es significativo que lo lleve a cabo un embajador de buena voluntad que, durante años, ha superado todas las limitaciones físicas para llamar la atención sobre la acción urgente contra el cambio climático, el cuidado de la casa común y la inclusión frente a la desigualdad.
Crédito de la nota: Vatican News.
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