«El ‘Comboni innovation and entrepreneurship center’ (Centro de Innovación y Emprendimiento Comboniano – Ciec) tiene como objetivo aumentar y fomentar nuevas competencias: de hecho, es una incubadora de empresas, diseñado para fortalecer la cohesión social, ofrecer oportunidades a los jóvenes, fomentar sus ideas y reducir el desempleo». Así lo afirma el padre Jorge Naranjo Alcaide, sacerdote comboniano y director general del Comboni College of Science & Technology de Jartum, al hablar de la última iniciativa promovida por los herederos espirituales de Daniel Comboni para dar una oportunidad a los más desfavorecidos, especialmente a los jóvenes de las clases menos acomodadas, que tienen más dificultades para emerger.
«Este centro universitario -dice el P. Jorge-, dedicado en particular a la tecnología, fue fundado en 2001 sobre la base de otra experiencia, la del Comboni College Khartoum, la escuela fundada en la capital sudanesa en 1929. La educación y la formación -continúa-, impartidas en el espíritu del Evangelio que promueve la dignidad de todo hombre; para nuestro fundador, Daniel Comboni, eran la clave que ayudaría a los africanos a regenerar África, y éste sigue siendo el lema que mueve a los Misioneros Combonianos hoy».
Este particular mandato se ha reafirmado con la creación, en 2019, de la incubadora de empresas ‘Comboni innovation and entrepreneurship centre’ (Ciec). «Un proyecto -explica el religioso- que es el resultado de experiencias previas realizadas en colaboración con el Instituto de Investigación de Servicios de Innovación y Desarrollo, organismo del Consejo Nacional de Investigación (CNR), con la Universidad de Bari ‘Aldo Moro’ y con la Universidad Politécnica de Valencia».
«Nuestra idea – dice el padre Jorge – es un proceso de tres etapas, que hemos definido como ‘pre-incubación’, ‘incubación’ y ‘aceleración’. La primera etapa –explica – involucra a 40 personas que están motivadas para crear su propia empresa, y trata de los conceptos fundamentales para iniciar un negocio, como un modelo de negocios, los principios de contabilidad y el uso de los medios sociales para desarrollar el mismo». «En la segunda fase de incubación -continúa – los candidatos seleccionados tienen que presentar un proyecto para su idea de negocio. A continuación, se asigna a cada uno un tutor y se determinan los talleres que complementan la formación. Al final, comienza la tercera fase en la que se puede buscar financiación».
El Ciec no es el único vivero de empresas de Jartum: también hay centros que funcionan en la capital sudanesa que forman parte de canales internacionales. «La primera gran diferencia – dice el comboniano, – se refiere al tipo de miembros: los usuarios de estos centros son generalmente jóvenes sudaneses de clase media y alta; los del Ciec son sobre todo refugiados de otros países y entre los sudaneses muchos son desplazados de Darfur o de las montañas Nuba».
«Esta iniciativa -concluye el padre Jorge- es una importante oportunidad para ayudar a los jóvenes a descubrir dones ocultos de los que quizá no eran tan conscientes, les ayuda a descubrir sus propios talentos y ponerlos al servicio de la construcción del Reino de Dios».
Crédito: Agencia Fides.
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