22 noviembre, 2024

Infancia Misionera cuidando a los niños de Laos

En Laos, los católicos son solo 60 mil en una población de siete millones de habitantes. Sin embargo, esto no es impedimento para que los niños de la Infancia Misionera ayuden, desde su pobreza, a la misión.

El Vicario Apostólico de Savannakhet, en Laos, ha agradecido el apoyo que recibe de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera para los niños de este vicariato, el más grande de los cuatro del país, todos ellos territorios de misión, en uno de los países con menos presencia católica del mundo.

De hecho los católicos son solo 60 mil en una población de siete millones de habitantes. Solo hay 42 sacerdotes en Laos y las religiosas son 79, por lo que, a pesar de que quizá en el pasado tuvo más presencia, tras persecuciones y sufrimientos, la Iglesia en Laos está naciendo de nuevo y creciendo poco a poco, en medio su pobreza.

Con tan pocos católicos, en Savannakhet, apenas son 13 mil, la Iglesia es una verdadera familia y todos se ayudan en sus necesidades a través de las parroquias. Por eso los 8 mil dólares enviados por Infancia Misionera se han destinado a lo más urgente, asistencia sanitaria para los niños, pago de gastos escolares y también para alimentación.

Aún así, resulta conmovedora la labor que los grupos de niños de Infancia Misionera llevan a cabo visitando enfermos, asistiendo todos a catequesis y aprendiendo a ser católicos responsables de su propia Iglesia, es decir, «pequeños misioneros», como enseña esta Obra Pontificia.

Además celebran la campaña de Infancia Misionera en la que desde su pobreza – en Laos la renta per cápita es de 5 dólares al día, una de las más bajas del mundo – también aportan al fondo común de Infancia Misionera 992 dólares.

Se cumple así una de los rasgos más importantes de la cooperación de las Obras Misionales Pontificias a las jóvenes iglesias del mundo, y que también caracterizaba a los primeros cristianos, poner todo en común. Lo que el beato Paolo Manna resumía en «toda la Iglesia para todo el mundo». Así lo cuenta el vicario de Savannakhet, Mons. Jean-Marie Vianney Prida Inthirath, que añade, que no es fácil, porque la pobreza lleva a muchos jóvenes a situaciones difíciles.

Crédito de la nota: OMPRESS