21 noviembre, 2024

La vida de los pigmeos Bayaka en la misión de Monasao

En Monasao, una pequeña misión de la diócesis de Berberati, ha llegado la estación seca, que para los pigmeos bayaka es la época más propicia para cazar, permanecer en la foresta y buscar comida. «Además de la caza clásica con redes, trampas y lanzas, en esta época lo que más ofrece la selva son termitas», escribe el padre Michele Farina, que vive desde hace más de un año con los bayaka en la que es la primera misión de la Sociedad Italiana para las Misiones Africanas (SMA) en el país.

El sacerdote explica que mucha gente sale del pueblo por la mañana temprano y va en busca de las termitas, «los niños con sus madres, a menudo toda la familia, para ellos quedarse ahí unos días es como estar realmente en casa. Las termitas se comen preparadas en una salsa para acompañar la clásica mandioca y algunas hojas de coco, o pueden cocinarse solas y luego conservarse».

Sin embargo, el misionero destaca también el aspecto negativo de la coincidencia con el inicio de la estación seca, que penaliza gravemente a los alumnos de las escuelas públicas. «En diciembre, entre la fiesta nacional y las vacaciones de Navidad, los niños de la escuela pública, unos mil 500, habrán asistido 10 días, y en enero no volvieron a empezar hasta el día 16. En cambio, nuestros niños de la escuela ORA, que sigue métodos pedagógicos adaptados a los niños pigmeos, acompañados por sus cuatro profesores, sólo interrumpieron 10 días, reanudando regularmente el 3 de enero. Entre nuestras actividades, pasamos un día en la sabana, a pocos kilómetros de Monasao, buscando kutu, terrones de tierra muy duros que se forman gracias a las termitas. Habitan en una especie de montículo de tierra que adopta la forma de una gran seta, que luego utilizaremos como base para un camino de piedra, que queremos construir alrededor de la iglesia de Monasao».

El padre Revelli cuenta también un suceso que califica de extraordinario. «Un día acompañamos con nuestro coche a cinco personas de Moansao a Nola, donde está el hospital, para que les operaran de hernia; algunos llevaban esperando cerca de un año. Cuando el coche salió de la parroquia había familiares y amigos. Este es uno de los muchos servicios de nuestro Centro de Salud, que ofrece la posibilidad de llegar a Nola en coche, cruzar el río en piragua para llegar al hospital y ser tratados. El sábado volvieron de la operación, rebosantes de alegría, ¡como si hubieran estado de vacaciones!».

Por lo que respecta a la trayectoria de la parroquia, una de las actividades más recientes en Monasao ha sido el canto. Como explica don Michele, «nuestro director de curso, don Davide Camorani (SMA), organizó una reunión para todos los coros de nuestros pueblos: Así que llegaron, todos estrictamente a pie, se instalaron en nuestras “cabañas de paso”, formadas por unas cuantas habitaciones completamente vacías, prepararon grandes recipientes de agua para lavarse y organizaron comida para todos. Unas 60 personas cantaron durante todo el día siguiente y prepararon juntos la celebración del domingo, animada por todos ellos y por nuestros fantásticos bailarines; ¡una fiesta!».

Crédito de la nota: Agencia Fides.