21 noviembre, 2024

Llega hasta el Papa la cadena de oración de las «semillas misioneras»

«Missionary seeds» (semillas misioneras) es el nombre de la representación de niños de la Infancia Misionera de Eslovaquia que ha visitado al Secretariado Internacional de la Obra Pontificia de la Santa Infancia y a la Agencia Fides. La ocasión formaba parte del evento «Los niños se encuentran con el Papa», en el que los pequeños participaron la tarde del 6 de noviembre con el Santo Padre, junto con seis mil niños procedentes de 84 países.

Procedentes del pequeño pueblo de Zazriva, en Eslovaquia, Liliana, Paulina, Bianka, Anton, Tomáš, Annamária, Karolína y Matej, de edades comprendidas entre los 10 y los 14 años, han expresado su gratitud al Señor porque hablarán con el papa Francisco.

«Ha sido una gran emoción para cada uno de ellos saber que podían participar en este acontecimiento», declara Martin Farbák, responsable de marketing de las OMP, que está acompañando al grupo junto con Lucia Fedorová, responsable del grupo de niños. «La emoción se ha incrementado aún más al subir al avión para llegar aquí a Roma, ya que ninguno de ellos había volado nunca antes».

«Estos pequeños de la aldea de Zazriva constituyen la 114ª Semilla Misionera de Santa Teresa de Lisieux que forma parte del proyecto denominado «semillas misioneras» iniciado por nosotros el 22 de mayo de 2022 y que cuenta ya con más de 500 semillas misioneras en toda Eslovaquia», explican.

Algunos de los pequeños presentes han mencionado lo que les gustaría decirle al papa Francisco. Blanka, por ejemplo, quiere ayudar a conseguir un mundo mejor y resolver esta crisis medioambiental a través también de la información y el intercambio con los demás niños. Karolína ha dicho que todos juntos intentarán hacer todo lo posible para cambiar el estado del Planeta y que están encantados de haber sido elegidos entre las 500 semillas misioneras y de haber conocido la Agencia Fides. Annamária ha añadido que siguen rezando, reunidos en cadena con otros niños, por los enfermos, los pobres y todos los necesitados del mundo. «La oración nos mantiene a todos conectados», asegura.

«La Obra de la Santa Infancia cuenta con una larga historia en nuestro país – concluye Farbák-. Ya existía desde los años 30 junto con las Obras Misionales Pontificias en Eslovaquia. Sin embargo, desgraciadamente, después de 1948, con la llegada del comunismo a Checoslovaquia, las OMP se vieron obligadas a cerrar. Tras la revolución de 1989, el cardenal Jozef Tomko, entonces Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, renovó las Obras Misionales Pontificias en Eslovaquia junto con la Obra de la Santa Infancia, y desde entonces nunca nos hemos detenido».

Crédito de la nota: Agencia Fides.