21 noviembre, 2024

Asumir mayor compromiso por las personas con discapacidad

En el marco del Día internacional de las personas con discapacidad que se conmemoró el pasado 3 de diciembre, la Iglesia pidió que se fortalezca la implementación de iniciativas y políticas públicas que propendan por sus derechos, inclusión y bienestar.

Ratificar el compromiso para acoger y poner a las personas con discapacidad en el centro de la misión pastoral. Así lo pidió la Iglesia en Colombia con motivo del Día internacional sobre este tema que se celebró el domingo 3 de diciembre. Asumiendo el reciente llamado hecho por el papa Francisco, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia lideró este llamado:

«Que sea el momento para llamar a todas las instituciones civiles, a los municipios, a las entidades educativas, de salud, a los gobiernos, para que trabajemos políticas públicas que incluyan a las personas con discapacidad porque ellos tienen mucho que aportarle a nuestro mundo en todos los ambientes sociales de nuestra realidad. Ellos y sus cuidadores hacen parte de nuestros países, ellos hacen parte de nuestra vida eclesial».

Cabe destacar que durante el mes de noviembre se cumplió el primer año de implementación del proyecto más grande que tiene la Iglesia enfocado en esta población. Se trata de la iniciativa titulada «Tejiendo Entornos Inclusivos para Personas con Discapacidad en el departamento de Nariño» liderada por el Secretariado nacional de Pastoral Social -Cáritas colombiana.

En el marco de este proceso y gracias al trabajo conjunto con los equipos pastorales de las diócesis de Pasto, Ipiales y Tumaco, así como con instituciones públicas territoriales, ha sido posible apoyar la inclusión integral de cuatrocientas personas con diferentes tipos de discapacidad, residentes en cinco municipios.

A través de esta iniciativa, ha sido posible contribuir al aumento de la participación activa de las personas con discapacidad, así como de sus cuidadores y redes de apoyo, en espacios políticos y sociales para su inclusión social, educativa, económica, cultural, ambiental y en salud, desde el fortalecimiento de sus conocimientos y capacidades.

La mayor parte de la población beneficiada de este proyecto habita zonas rurales. Además, forman parte de hogares con pobreza estructural o no han contado con redes de apoyo sólidas. Algunas de estas personas con discapacidad han sufrido afectaciones por cuenta del conflicto armado, como el caso de las víctimas de minas antipersona.

Sin embargo, son también hombres y mujeres que hoy ven más allá de sus discapacidades y cuentan con más herramientas para superar barreras, mejorar su auto reconocimiento y ser agentes activos de participación en los escenarios existentes a nivel territorial, como los comités municipales y departamentales de discapacidad, así como en los espacios intersectoriales del nivel nacional.

Crédito de la nota: Vatican News.