Ordenado sacerdote en 2014, sintió, como explica él mismo, «una llamada específica dentro del sacerdocio», el llamado a la misión. «Viví una experiencia muy bonita en Oriente Medio, en Tierra Santa, y eso generó en mí una inquietud por conocer lugares del mundo donde los cristianos fueran minoría o sufrieran persecución», contó el padre en una ocasión.
Por ello, en los primeros años de su sacerdocio aprovechó las vacaciones de verano para conocer Perú y la labor evangelizadora de los españoles en ese país latinoamericano (2014; también visitó China y Japón en 2016. En 2020 fue nombrado párroco de Santa Maravillas de Jesús y creó un grupo misionero con el que viajó a Tanzania ese mismo año.
Actualmente, su destino en Japón es la diócesis de Osaka. Con una población de 15 millones de habitantes, solo el 0,3 % son católicos. Su experiencia de misión y de aprendizaje la va compartiendo en su canal de Youtube «Misión Japón».
En su último vídeo ha compartido incluso una de sus clases de japonés. Como explica, «escribir en japonés es difícil y la labor sacerdotal no sólo requiere de escribir, sino también de hablar delante de la gente. Y esto es realmente complicado en este idioma. Quizá lo es en todos los idiomas, pero para alguien que ha crecido conociendo el español, el inglés, el valenciano, el japonés resulta realmente complejo. Quizá algún día pueda llegar a expresar lo que realmente deseo en esta lengua».
Crédito de la nota: OMPRESS.
Más historias
Acutis y Frassati, el millenial y el estudiante que serán santos en el Jubileo
Escuelas en riesgo por los desastres naturales en Filipinas
Pakistán: hacia la beatificación del joven Akash Bashir