11 enero, 2025

¿TU LE CONNAIS…?

Texto y foto: Jairo Navarrete García, estudiante de Teología

La traducción del francés a esta pregunta es: ¿tú lo conoces? Y en «lenguaje misionero», la respuesta nos confirma que ¡la misión está viva!

Soy Jairo, misionero comboniano en Kinshasa, República Democrática del Congo. Actualmente, curso el primer año de escolasticado, durante el cual aprendemos los idiomas locales (francés y lingala) y compartimos la vida con el pueblo congolés.

Cada despertar, la vida comboniana me regala nuevos desafíos. Hoy te quiero compartir uno de ellos que, al mismo tiempo, es una experiencia de espiritualidad misionera. Cuando llegué a Congo muchas cosas me inquietaban, una de ellas era cómo comenzaría a relacionarme, en primer lugar, con mis compañeros; razonaba, cómo voy a entenderme con ellos.

Me explico… sucede que mi comunidad es multicultural, ya que está conformada por 23 miembros de 14 nacionalidades distintas de tres continentes: africano, americano y europeo. Por tanto, está constituida por historias distintas y visiones del mundo diversas: chile, mole y pozole. Mi temor inicial era buscar qué nos hermana.

Y es ahí cuando, por primera vez y en francés de aprendiz, me preguntaron: «Jairo, ¿tu conoces al hermano Carlos Salgado?, él trabajó mucho aquí en Congo». «¿Conoces al padre Lauro Betancourt?, él trabajó muchos años en Kenia, fue mi formador y es grande (y bueno para el futbol)!». O «¿Tú conoces al padre Gabriel Uribe?».

Y ¡voilà! Con esto descubrí que la misión nos hace hermanos.

De hecho, de todos, al único que conozco bien –mientras que a los otros sólo los he saludado–, es al padre Gabriel Uribe porque fue uno de mis padres maestros en el noviciado. Antes de eso, sé que él trabajó muchos años en Malawi y ahora está allá nuevamente. Todavía recuerdo como se llenó de fuerzas juveniles cuando se enteró que nuevamente fue destinado allá.

Estas mismas preguntas, con un sentimiento de gratitud y hermandad, me hacían una y otra vez mozambiqueños, togoleses, ugandeses y tantos otros: «¿Lo conoces?» Preguntándome por quienes habían sido sus párrocos, formadores, amigos y hermanos. Pues claro, los misioneros rugen tan fuerte como los leones de África. 

Y tú, ¿a quién conoces? No te olvides de rezar por él (por ellos).