«El deporte puede ayudar a pasar página saliendo de las tinieblas del pasado». Monseñor Sandro Overend Rigillo, fraile menor, Vicario Apostólico de Bengasi, Libia, no se anda con rodeos a la hora de relatar la «profunda experiencia» que vivió –el jueves 20 de febrero– con motivo de la inauguración del nuevo estadio internacional de su ciudad. «Recé al Señor para que este mensaje de unidad y comunión a través del deporte se extienda por todo el mundo, especialmente allí donde existe la herida de la división», dijo el obispo.
La inauguración del estadio en Bengasi, señaló, «trajo un elemento de esperanza y entusiasmo especialmente entre los jóvenes. En sus ojos, pero también en los cantos y los aplausos, vi la tan deseada esperanza, junto con el sentido de la fraternidad y la amistad, la alegría de vivir en unión, en comunión con todos bajo el cobijo del deporte». En resumen, el nuevo estadio adquiere un significado social que va más allá del deporte, convirtiéndose casi en un símbolo de renacimiento, unidad y paz para el pueblo libio. Para el obispo, «es un signo de bendición, con un trasfondo deportivo, que consolida la dignidad de los jóvenes y de las familias tras la oscuridad del pasado».
Invitado por las autoridades a la ceremonia –«en el estadio éramos más de 40 mil personas»–, el Vicario Apostólico de Bengasi confesó que le conmovió «una página de esperanza para el presente y el futuro de Libia: ¡sí, pasemos página!». En particular, insistió en las palabras «alegría y esperanza» que, espera, deben iluminar el camino «para caminar juntos hacia adelante. Sí, mi oración es que el Señor ayude a todos a continuar este camino a la luz de la esperanza». También a través de la experiencia deportiva. Para toda Libia y especialmente para Bengasi, subrayó el obispo, fue un acontecimiento extraordinario, tanto que se proclamó un día de fiesta.
El lenguaje del deporte es la forma de expresión cultural más sencilla, extendida, popular y al alcance de todos. De ello da testimonio también, concluyó el obispo, el partido amistoso disputado entre antiguos futbolistas famosos, «venidos de todo el mundo». Entre otros, saltaron al campo el camerunés Samuel Eto’o, los brasileños Roberto Carlos, Júlio César y Júlio Baptista, el francés David Trezeguet, los ingleses Michael Owen y John Terry, el italiano Marco Materazzi, el alemán Jens Lehmann, los holandeses Clarence Seedorf y Patrick Kluivert, el español Michel Salgado y el portugués Luís Nani.
Crédito de la nota: Vatican News
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