Un video que circula en los medios chinos en los últimos días muestra a una adolescente subiendo al metro de Hong Kong y fumando un cigarrillo electrónico. Cuando se baja en la estación de Tin Shui, la jovencita tiene que tomarse de la barandilla del andén para mantener el equilibrio. La policía intervino en las últimas horas de la tarde para detener a la menor, de tan sólo 13 años, por posesión de drogas duras. Además del cigarrillo electrónico, en efecto, también encontraron en su poder un frasco que contenía «space oil» (aceite espacial), una nueva droga de moda entre los jóvenes de Hong Kong y de toda la región.
El mes pasado la ciudad prohibió la sustancia, cuyo componente principal es el anestésico etomidato. Otros jóvenes de 16 y 18 años también fueron detenidos por la policía en los últimos días por los mismos cargos. Los trabajadores sociales afirman que el «aceite espacial» se ha vuelto extremadamente popular entre los muy jóvenes porque es barato, práctico y tiene un sabor más agradable que otras sustancias.
Además de prohibir la droga y aumentar las penas para quienes posean «aceite espacial», la ciudad de Hong Kong también ha puesto en marcha una serie de proyectos preventivos en escuelas primarias y secundarias. Las fuerzas del orden también han incrementado las actividades de concienciación y han intensificado las inspecciones, con especial atención a las ventas de la sustancia en línea.
Taiwán y China continental también han prohibido la sustancia y aumentaron las sanciones, pero los operadores sociales temen que una actitud de «tolerancia cero» dificulte que los jóvenes busquen ayuda psicológica, sobre todo aquellos que ya la utilizan para superar experiencias traumáticas o estresantes. Los expertos que están en contacto con adolescentes explicaron que, las primeras cápsulas que contienen «aceite espacial» llegaron a Hong Kong desde China continental en octubre de 2023.
«Los jóvenes que no cuentan con una red de apoyo o no saben cómo afrontar la influencia negativa de sus conocidos, o que no tienen una buena manera de lidiar con los problemas de salud mental, son más propensos a recurrir a las drogas», dijo a Hong Kong Free Press Cindy Ng, responsable de los programas de la ONG Kely Support Group.
Además, muchos jóvenes que consumen drogas padecen ansiedad y depresión, explicó Eugene Chau, supervisor del Caritas Hugs Centre. «Algunos tienen una mala relación con sus padres, con las consiguientes continuas disputas, mientras que otros están lejos de sus familias y no tienen con quién hablar», dijo Chau.
Crédito de la nota: AsiaNews
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