«La educación universitaria es la esperanza de la comunidad, y del país, pero, sobre todo, para las mujeres», esta es la convicción del padre Alan Neville, Misionero del Sagrado Corazón, director de la Universidad Católica de Sudán del Sur en Rumbek, donde trabaja en la construcción de un país más próspero.
La educación como clave para el desarrollo
En el corazón de la misión, en la Universidad Católica de Sudán del Sur en Rumbek, se produce «la transformación», afirma el padre Alan Neville, de origen irlandés, quien llegó a este país africano en 2020.
«El trabajo que realizamos los Misioneros del Sagrado Corazón y los cursos que impartimos están diseñados, no sólo para educar a los más marginados de la comunidad, especialmente a las mujeres, sino también, para ayudar a construir un Sudán del Sur económica y socialmente más próspero, para quienes sigan sus pasos.
Según el Índice de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Sudán del Sur es un país de bajo desarrollo, en el puesto 192 de una lista de 193 países.
Una oportunidad real para apoyar a la población
Asimismo, el misionero del Sagrado Corazón señala que, la esperanza de vida media en Sudán del Sur es de 55 años y se calcula que la gente no pasa más de 5,7 años de escolarización por término medio.
«La Universidad ofrece una oportunidad real de apoyar a la población, para que pase de una situación de emergencia, a un planteamiento de desarrollo sostenible. Los estudios sociológicos han demostrado, sistemáticamente, que la tasa de rendimiento de la educación, especialmente la de tercer nivel, ha ayudado a las personas a salir de la pobreza, a sus familias y a sus comunidades».
Hacia un sistema de calidad
El nivel de la enseñanza en las escuelas de primaria y secundaria es tremendamente bajo y la mayoría de los profesores sudsudaneses trabajan sin apenas una cualificación básica, indica el padre Neville. Un reciente examen de profesores de secundaria realizado por el Ministerio de Educación e Instrucción General, en el que se evaluaba su capacidad para enseñar, reveló que, de 383 profesores, 330 (el 86,2%) suspendieron el examen de nivel básico, y sólo 53 (el 13,8%) lo superaron. Por consiguiente, los alumnos pueden acabar la escuela sin un dominio adecuado de las matemáticas y con una alfabetización deficiente. Esto sólo sirve para perpetuar el ciclo de la pobreza.
«Nuestro énfasis específico en las titulaciones de educación pretende abordar este problema mediante una enseñanza de alta calidad, impartida por pedagogos experimentados y prácticas en escuelas católicas como La Salle y Loreto, para modelar cómo se podrían hacer las cosas de otra manera. Nuestro objetivo es hacer de nuestro campus un centro de excelencia para una educación de segundo nivel de calidad, en beneficio, no sólo del Estado de los Lagos, sino de todo el país».
Educación para todos, especialmente para las mujeres
La Universidad Católica es una institución en crecimiento y sólo en los dos últimos años hemos duplicado nuestra matrícula, evidencia el Rector, hasta superar el centenar de estudiantes. La gente realmente quiere salir adelante y la única forma de hacerlo es a través de la educación. Ya hay un gran interés por nuestra próxima promoción.
«En el Índice de Desigualdad de Género de la ONU de 2022, de los 193 países evaluados en materia de igualdad entre hombres y mujeres en los ámbitos de la salud, el empleo y la educación, Sudán del Sur ocupó una vez más el lugar 192. Se considera uno de los lugares más difíciles del mundo para ser mujer, especialmente por los problemas que plantean el matrimonio precoz forzado y la poligamia. Los hombres de la familia pueden ejercer a diario un estricto control sobre el acceso de las mujeres a la educación. En una cultura en la que el precio de la novia y el matrimonio forzado son habituales, las mujeres son vistas como bienes con los que comerciar, no como personas con un futuro propio».
Estadísticamente, es más probable que una niña sudsudanesa muera de parto aquí que termine la educación secundaria básica. El número de estudiantes que consiguen graduarse y llegar a la universidad es insignificante, indica el padre Neville, pero su determinación por salir adelante y crear oportunidades para sí mismas, sus hermanas y sus hijas es feroz. «Trabajamos con ellas para conseguirlo».
«En los dos últimos años hemos puesto en marcha un programa de becas para mujeres, que reduce las tasas en un 50%. Gracias a él, el porcentaje de mujeres matriculadas ha pasado del 19% al 34%. Tenemos previsto seguir avanzando en este sentido. Hemos consultado a un grupo representativo de alumnas, para ver qué podemos hacer para apoyar sus estudios. Seguimos ampliando nuestros esfuerzos para ayudar a las madres que se reincorporan a la educación, mediante la provisión de espacios dedicados a bebés y niños y otros recursos prácticos».
Acceso a la educación a las personas con discapacidad
El misionero del Sagrado Corazón también explica que, han hecho que el campus sea totalmente accesible y han construido un acceso apto para sillas de ruedas, de modo que cualquier estudiante con discapacidad pueda estudiar aquí con facilidad. Nuestro objetivo es abrir la educación de tercer nivel a quienes tengan la capacidad y la pasión necesarias y que antes podrían haber quedado excluidos. No hay nadie más motivado para lograr el cambio que los propios habitantes de Sudán del Sur, que comprenden su entorno local, recibirán una educación del siglo XXI y están decididos a marcar la diferencia.
Construyendo un futuro mejor para todos
«Como Director de la Universidad Católica de Sudán del Sur, en el Campus de Rumbek, es un privilegio especial servir a la comunidad de este lugar. Como Misioneros del Sagrado Corazón, estamos llamados a ser solidarios con los marginados. Nuestra Iglesia está involucrada en un ministerio desafiante, pero importante aquí, efectuando un cambio real en las vidas de las personas, sus familias, sus comunidades y su país. Juntos, personal, estudiantes y profesores, clase a clase, estamos construyendo un futuro mejor para todos» concluye el padre Neville.
Crédito de la nota: Vatican News.
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