Ayer, jueves 10 de abril, fue otro día de fuego en la Franja de Gaza: un ataque israelí contra un edificio civil se cobró 10 vidas, entre ellas siete niños, según la Defensa Civil de Gaza. Hay varios desaparecidos. Una operación condenada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que reitera que «los civiles, según el derecho internacional, nunca deben ser un objetivo».
La situación humanitaria empeora día a día para los más de 2 millones de personas: la ONU informan que más de 60 mil niños sufren malnutrición por falta de alimentos, mientras que las cocinas de campo se quedan sin combustible y sin suministros. Los trabajadores de las agencias de la ONU y sus socios están dando la voz de alarma por la falta de agua potable y el agotamiento de los suministros en los centros que albergan a los desplazados.
Sólo en esta semana se han encontrado más de una docena de niños no acompañados. «No se sabe qué ha pasado con los padres u otros familiares. Los operadores –explicó un portavoz– están haciendo todo lo posible para encontrar a las familias de los pequeños». La OMS informa que al menos 12 mil 500 pacientes tienen necesidad de dejar las instalaciones hospitalarias locales y salir de la Franja y, ha pedido una pausa de los combates que permita poner a salvo a los enfermos.
Crédito de la nota: Vatican News
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