Misioneros combonianos
20/12/19
La Navidad es el tiempo propicio para analizar si nos portamos bien y qué hicimos mal, para pedir perdón y enmendar nuestros errores; para fortalecer los vínculos familiares.
Durante esta época, muchos de los padres tienen algunos días de vacaciones o más tiempo para dedicarlo a la familia. Es el momento para reforzar valores como la unión, la generosidad, amistad, alegría, colaboración, cooperación… ¿Cómo lograrlo? Participando todos en las tareas que sostienen este valioso tiempo: realizando lecturas sobre el nacimiento del Niño Jesús, haciendo reflexiones, adornando la casa, planificando la cena familiar, jugando, contando cuentos, cantando villancicos, etcétera.
Es importante enseñar a los pequeños a agradecer, demostrar amor sin pena, abrazar a los seres queridos. Por otro lado, no hagamos compras compulsivas ni comamos sin control; celebremos con alegría y sana diversión.
Durante la cena navideña, tomemos en cuenta que la mesa es un punto de encuentro y unión, procuremos ser amorosos, generosos y solidarios con los demás.
Para concluir, que el próximo nacimiento del Niño Jesús sea un momento de felicidad, unión y servicio hacia nuestros prójimos, sobre todo aquellos que más los necesitan; un momento de encuentro en familia con un Dios hecho hombre, y pidámosle a ese «Pequeño» que el Año Nuevo nos llene a todos de entusiasmo y optimismo.
Redacción
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