Son miles los refugiados de las zonas vecinas de Shire, Etiopía, que huyen de la furia de los combates de los últimos meses. Se reúnen en las escuelas públicas de la ciudad, donde son vigilados y asistidos por algunas organizaciones internacionales, pero están privados de todas las necesidades básicas.
“Les falta comida, agua, saneamiento y mantas para la fría temporada de lluvias que ahora es inminente”, dicen las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida presentes en Shire. “Se teme la propagación de epidemias, además del Covid, cuyo contagio está aumentando en Etiopía, y de otras enfermedades, relacionadas con estas graves carencias”.
Las hermanas expresan su preocupación por la difícil situación que sigue viviendo la población de Tigray y, en particular, de Shire. “Es importante mantener nuestra atención a la situación humanitaria en la región y seguir rezando por esta tierra atormentada”, dicen.
Casi dos millones de desplazados, 4,5 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria, 5 mil menores separados de sus padres, obligados a vivir hacinados, junto a adultos desconocidos, sin protección, expuestos a todo tipo de violencia. Este es el panorama 6 meses después del inicio del conflicto armado en Tigray.
Crédito de la nota: Agencia Fides.
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