21 noviembre, 2024

Primeras comuniones de niños, nueva esperanza para las Iglesias de Irak y Siria

El padre Karam Shamasha, sacerdote caldeo de Mosul, expresa su emoción ante el espectáculo que ha visto pasar en las ciudades de la Llanura de Nínive, por los 126 niños y niñas que han recibido la Primera Comunión a finales de abril.

«La tierra que hace unos años fue atacada por los militantes del Estado Islámico, que querían eliminar a los cristianos, hoy se regocija en voz alta. Nuestra fe y nuestra Cruz han vencido». El padre Karam Shamasha, sacerdote caldeo de Mosul, expresa así su emoción ante el espectáculo que ha visto pasar en las ciudades de la Llanura de Nínive. El signo del milagro que provoca su júbilo no es el regreso masivo de todos los bautizados que huyeron de la región en los últimos años y emigraron al extranjero, ni la afirmación política de algún partido cristiano, sino las fotos de los 126 niños y niñas de las ciudades de Alqosh y Telskuf que han recibido la Primera Comunión a finales de abril.

Con la llegada de la primavera y el tiempo de Pascua, las celebraciones de las primeras comuniones de los niños, en las que se recurre al misterio sacramental de la Iglesia, se celebran en todas partes como un poderoso signo de cómo la gracia ha preservado la fe en las comunidades cristianas locales, en los años de conflicto y convulsiones que han perturbado la vida cotidiana de multitud de personas tanto en Irak como en Siria, y tras las limitaciones impuestas a las celebraciones litúrgicas por la llegada de la pandemia.

Las celebraciones de las primeras comuniones, precisamente en su sencillez de gesto vivido en la cotidianidad de la vida eclesial, liberan sentimientos de gratitud y confianza en el futuro que unen a todas las Iglesias de Oriente en el testimonio compartido de la gracia de Cristo que actúa a través de los sacramentos.

El 29 de abril, en Bagdad, el cardenal Louis Raphael Sako, patriarca de la Iglesia caldea, administró también la primera comunión a 16 niños y niñas en la iglesia de San Elías. «El don de los sacramentos y la oportunidad de participar en los misterios divinos -dijo el Patriarca en esa ocasión- representan la fuente de la vida cristiana: el Bautismo da el nuevo nacimiento en Cristo, y la Eucaristía -añadió el Cardenal iraquí, citando a San Efrén el Sirio- es el alimento de los corazones para la vida eterna».

El domingo 1 de mayo, 45 jóvenes cristianos siro ortodoxos recibieron la Sagrada Comunión por primera vez en la iglesia de Qamishli dedicada a la Virgen María. La liturgia eucarística fue celebrada por Mor Maurice Amsih, obispo sirio ortodoxo de Jazirah y el Éufrates: «Estos chicos y chicas son para nosotros la esperanza del futuro, son la nueva savia de la Iglesia», ha comentado al respecto el obispo Maurice a la emisora cristiana local Suroyo TV.

Crédito de la nota: Agencia Fides.