23 noviembre, 2024

Esencialidad y universalidad de la fe de Charles de Foucauld

Al recibir a la Asociación de la Familia espiritual Charles de Foucauld, el papa Francisco les deseó que la Virgen les conceda custodiar y alimentar su misma alegría, es decir, «el testimonio más claro que podemos dar de Jesús en todo lugar». Y agradeció en primera persona al nuevo santo porque le hizo mucho bien cuando era estudiante.

Antes de celebrar la Audiencia general, el Papa Francisco recibió, en la pequeña sala del Aula Pablo VI, a cincuenta miembros de la Asociación de la Familia espiritual Charles de Foucauld, que viajaron a Roma con motivo de la canonización de este hermano de los pobres, de quien dijo:

«En él podemos ver a un profeta de nuestro tiempo, que fue capaz de sacar a la luz la esencialidad y universalidad de la fe».

Iesus – Caritas

Aludiendo a su «esencialidad», el Papa afirmó: «Condensando el sentido de la creencia en dos simples palabras, en las que está todo: ‘Iesus – Caritas’ y sobre todo volviendo al espíritu de los orígenes, al espíritu de Nazaret. Y les manifestó su deseo de que, «como el hermano Charles, sigan imaginando a Jesús caminando entre la gente, que lleva adelante con paciencia un trabajo fatigoso, que vive en la vida cotidianidad de una familia y de una ciudad».

Alegría del Señor

¡Cuán contento está el Señor al ver que se lo imita en el camino de la pequeñez, de la humildad, del compartir con los pobres!

Además, Francisco destacó que «Charles de Foucauld, en el silencio de la vida eremítica, en la adoración y el servicio a sus hermanos, escribió que mientras ‘nos inclinamos a poner en primer lugar las obras, cuyos efectos son visibles y tangibles, Dios da el primer lugar al amor y luego al sacrificio inspirado por el amor y a la obediencia derivada del amor’».

Volver a lo esencial

«Como Iglesia tenemos necesidad de volver a lo esencial, no perderse en tantas cosas secundarias, con el riesgo de perder de vista la sencilla pureza del Evangelio».

Apostolado de la bondad

El otro término que utilizó el Santo Padre fue «universalidad». Y les dijo que «el nuevo santo vivió su cristianismo como un hermano de todos, comenzando por los más pequeños». Añadió que su objetivo no era convertir a los demás, sino vivir el amor gratuito de Dios, poniendo en práctica «el apostolado de la bondad».

Un puerto para todos

«Así, escribió: ‘Quiero acostumbrar a todos los cristianos, musulmanes, judíos e idólatras a considerarme como su hermano, el hermano universal’. Y para ello, abrió las puertas de su casa para que fuera ‘un puerto’ para todos, ‘el techo del Buen Pastor’».

Después de agradecerles el testimonio que ofrecen y que hace mucho bien a los demás, «especialmente en un tiempo en el que se corre el riesgo de encerrarse en los particularismos, de aumentar las distancias y de perder de vista al hermano», el Papa les dijo que lamentablemente, esto suele verse en las noticias diarias. Les deseó también que la Virgen les conceda «custodiar y alimentar la misma alegría, porque la alegría es el testimonio más claro que podemos dar de Jesús en todo lugar y en todo momento».

Agradecimiento personal a san Charles de Foucauld

Por último, hablando espontáneamente, el Santo Padre afirmó que también él deseaba agradecer a san Charles de Foucauld porque su espiritualidad le hizo mucho bien cuando estudiaba teología, y que lo ayudó mucho a superar las crisis y a encontrar una forma de vida cristiana más sencilla, menos pelagiana, más cercana al Señor.

«Yo agradezco al Santo y doy testimonio de esto, porque me hizo mucho bien».

Mientras, al desearles una buena misión, el Pontífice los bendijo y les pidió que sigan rezando por él.

Crédito de la nota: Vatican News.