«No tengan miedo de ser ustedes mismos, originales, creativos. Y, sobre todo, hagan que la base de sus obras sea el asombro ante lo impensable: un Dios que se hace carne». Con este «consejo», el papa Francisco se dirige a los jóvenes artistas que participan en el Christmas Contest, el Concurso Navideño musical abierto a cantantes menores de 35 años promovido por la Fundación Gravissimum Educationis con la contribución de la Asociación Ausilia.
«No traten de copiar a las grandes “estrellas” del mundo del espectáculo. No sigan las modas ni los esquemas del éxito. No repitan los tópicos de una Navidad falsa y almibarada, que nada tiene que ver con el nacimiento de Jesús en Belén y con su significado para la humanidad actual».
La sencillez no es banalidad
Francisco remarca que sin «el asombro, la canción no habla al corazón, no comunica» y además, señala a los jóvenes presentes otro ingrediente indispensable: la «sencillez, que no es banalidad».
«La sencillez es algo totalmente distinto. El Belén es sencillo, pero no es banal. Los cantos de san Alfonso, como «Tú bajas de las estrellas», son sencillos, pero hermosos y llenos de significado, y siguen conmoviendo y alimentando la fe del pueblo de Dios. Y esto no es sentimentalismo, esto es mucho más, es lo que viene desde dentro, es auténtico.
Una contribución a la paz
«Con este estilo creativo de estupor y sencillez – añade el Pontífice – ustedes pueden dar su contribución a la causa de la paz, que es el gran don que Dios quiso hacer al mundo con el nacimiento de su Hijo».
La belleza de la música contra el chantaje de la guerra
Y recordando el «estruendo» de la guerra que ha ido creciendo en Europa y en el mundo, exhorta:
«¡No cedamos a este chantaje, por favor! ¡No caigamos en esta trampa! Sigamos soñando con la paz y trabajando por la paz, sembrando semillas de fraternidad y de amistad social».
«La mano tendida: siempre la mano tendida», es el consejo final del Papa. «Ustedes lo hacen con la música y esto es muy valioso, porque la música es un lenguaje universal, de “inestimable valor educativo”, que humaniza. Y ¡cuánto necesitamos hoy volvernos más humanos!».
Crédito de la nota: Vatican News.
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