«El Video del Papa» acaba de comenzar su octavo año consecutivo publicando la intención de oración que el Santo Padre confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa. Para inaugurar el 2023, Francisco ha elegido lanzar un mensaje a los educadores con una propuesta singular: «añadir un nuevo contenido en la enseñanza: la fraternidad».
«Quiero proponer a los educadores que añadan un nuevo contenido en la enseñanza: la fraternidad. La educación es un acto de amor que ilumina el camino para que recuperemos el sentido de la fraternidad, para que no ignoremos a los más vulnerables. El educador es un testigo que no entrega sus conocimientos mentales, sino sus convicciones, su compromiso con la vida. Uno que sabe manejar bien los tres lenguajes: el de la cabeza, el del corazón y el de las manos, armonizados. Y de ahí la alegría de comunicar. Y ellos serán escuchados mucho más atentamente y serán creadores de comunidad. ¿Por qué? Porque están sembrando este testimonio. Oremos para que los educadores sean testigos creíbles, enseñando la fraternidad en lugar de la confrontación y ayudando especialmente a los jóvenes más vulnerables».
Cabeza, corazón y manos: testigos de fraternidad
En este Video del Papa, Francisco quiere ampliar el alcance de la actividad educadora, para que no esté centrada solo en el contenido. Para el Papa, el educador es un testigo de fraternidad que no entrega «sus conocimientos mentales, sino sus convicciones, su compromiso con la vida». De este modo, los educadores podrán ser «escuchados mucho más atentamente y serán creadores de comunidad». «Educar —había dicho también el Santo Padre el año pasado en conversación con una delegación del ‘Global Researchers Advancing Catholic Education Project’— es arriesgar en la tensión entre la cabeza, el corazón y las manos: en armonía, hasta el punto de pensar lo que siento y hago; de sentir lo que pienso y hago; de hacer lo que siento y pienso. Es una armonía».
Una escuela, un campo de fútbol, un profesor
El video de enero del Papa -que comienza con la palabra fraternidad, escrita en una pizarra como si fuera una asignatura didáctica- acompaña la reflexión de Francisco con la narración de una historia, ambientada en una escuela. Un niño, marginado por sus compañeros durante los partidos de fútbol, permanece solo en un rincón hasta que un profesor, al darse cuenta de su malestar, decide ocuparse de él. No lo hace con palabras, sino con su testimonio de vida: se queda con él, día tras día, y con pasión y perseverancia le enseña a jugar. Hasta que, una mañana, lo encuentra junto a esos mismos compañeros que antes lo habían marginado: está jugando con ellos y, cuando marca su primer gol, se lo dedica precisamente al maestro, al testigo creíble que lo ha ayudado.
No olvidar a los más vulnerables
El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comentó acerca de esta primera intención de oración del 2023: «Una vez más, frente a los desafíos del mundo, el papa Francisco vuelve a insistir sobre la fraternidad. Es la brújula de su encíclica Fratelli tutti. Es el único camino para la humanidad, por eso la educación es esencial. El Papa confía en educadores ‘que sean testigos creíbles’, que puedan enseñar la fraternidad en lugar de la confrontación. Cuando miramos a Jesús aprendemos que solo se comunica y transmite a los demás lo que uno vive. Esto pide coherencia de vida entre lo que uno dice y lo que hace. Es una gracia, por eso nos invita a rezar para recibirla».
Crédito de la nota: Vatican News.
Más historias
Acutis y Frassati, el millenial y el estudiante que serán santos en el Jubileo
Escuelas en riesgo por los desastres naturales en Filipinas
Pakistán: hacia la beatificación del joven Akash Bashir