Un encuentro esperado, pero no por ello menos emocionante para chicas y chicos que, en la encrucijada de la existencia en la que se encuentran, pueden decirse a sí mismos: quiero «jugarme la vida por amor, porque cuando el amor está en el centro, todas las decisiones son fructíferas». El Papa lo dijo como una invitación y un desafío a emprender a los 38 jóvenes de las universidades católicas congoleñas con los que se detuvo en la Nunciatura de Kinshasa.
Jóvenes constructores de puentes
Tras conversar con el primer ministro de la República Democrática del Congo, Jean-Michel Sama Lukonde, y con los miembros de su familia, el Papa dio la bienvenida a los cerca de 40 universitarios procedentes de diversas partes del país, acompañados por el padre jesuita Toussaint Kafarhire Murhula. Los jóvenes, eran una representación de los que habían podido conversar con el Papa el pasado 1 de noviembre durante la reunión sinodal «Construyendo puentes entre África», celebrada en línea y promovida junto con la Pontificia Comisión para América Latina, con la contribución, entre otros, de la secretaria de la Comisión, la profesora y teóloga argentina Emilce Cuda.
Para adornar y hacer más intenso el intercambio, se cantó un tema interpretado por los jóvenes, compuesto por el provincial de los jesuitas, también presente en el encuentro, utilizando las palabras pronunciadas por Francisco el 23 de noviembre de 2017 en San Pedro durante la oración por la paz en la República Democrática del Congo y Sudán del Sur.
Crédito de la nota: Vatican News.
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