Que los Juegos Olímpicos que se celebrarán en Francia en el verano del 2024 sean «una ocasión para encuentros profundos y fructíferos entre personas de todos los horizontes, pertenecientes a pueblos, culturas y religiones diversas». Así se lee en el mensaje del Papa Francisco, firmado por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, dirigido a los «queridos amigos, católicos de Francia».
La generosidad de la acogida
En el mensaje se alude a la «alegría», pero también a la «responsabilidad», al acoger al mundo entero para el acontecimiento olímpico, por lo que el Papa invita a todos a movilizarse «ampliamente», invitando también a «hacerse voluntarios», a abrir iglesias, escuelas y casas y, sobre todo, los corazones. «Con la gratuidad – se lee – y la generosidad de su acogida y de su entrega, darán testimonio de Cristo que vive en ustedes y que comunica su alegría».
El mundo tiene necesidad de la fraternidad
Al agradecer que en esta «bella fiesta del deporte no se olviden de ayudar a integrar a las personas discapacitadas, pobres o marginadas», el Santo Padre concluye expresando su deseo de que estos «Juegos Olímpicos sean una oportunidad, a través del deporte, para un auténtico impulso de la fraternidad que el mundo tanto necesita», e imparte su bendición a los organizadores, voluntarios y a todos los participantes en los juegos.
Crédito de la nota: Vatican News.
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