En el marco del debate parlamentario sobre la posibilidad de reducir la edad de imputabilidad a 13 años, la Pastoral Carcelaria emitió una declaración en contra: «Consideramos que es necesario un nuevo régimen penal juvenil, que acompañe y promueva integralmente el desarrollo de los menores, pero sin bajar la edad mínima de imputabilidad». Según esta entidad, que trabaja directamente con menores infractores de la ley y conoce la realidad carcelaria, la solución no pasa por encarcelar a los jóvenes a edades más tempranas.
La necesidad de un nuevo régimen penal juvenil
La Pastoral Carcelaria subraya la importancia de desarrollar un nuevo régimen penal juvenil que acompañe y promueva integralmente el desarrollo de los menores, sin reducir la edad mínima de imputabilidad. Existe un recorrido social desde la concepción hasta la comisión de un delito, y es responsabilidad de la sociedad en su conjunto prevenir estas conductas.
La reflexión pone de manifiesto la ausencia de actores fundamentales en momentos decisivos de la vida de los jóvenes: la familia, el Estado, la escuela, la Iglesia y la comunidad. La alta tasa de inequidad, exclusión y pobreza se relaciona directamente con la alta incidencia de conflictos con la ley penal.
Es crucial considerar el proceso completo de desarrollo cognitivo y psicológico de una persona, que continúa hasta los 18 o 19 años. Reducir la edad de imputabilidad ignora este desarrollo incompleto y puede tener consecuencias negativas a largo plazo.
Prevención integral
Para abordar el problema de la delincuencia juvenil de manera efectiva, es necesario realizar un relevamiento integral que abarque los ámbitos social, cultural, familiar y económico de los menores. Esto permitirá al Estado intervenir de manera más efectiva y promover un trabajo de prevención urgente, contando con un presupuesto adecuado y profesionales comprometidos.
La Pastoral Carcelaria se cuestiona si un criminal nace o se hace, y enfatiza la necesidad de acompañar y guiar a los jóvenes hacia un futuro prometedor. La creatividad, sueños, valentía y alegría de los jóvenes son vitales para una sociedad justa y solidaria.
La entidad rechaza la idea de que el encierro, penas más duras o la baja de la imputabilidad sean soluciones efectivas para detener la violencia. Estas son medidas superficiales que no abordan las raíces del problema y no ofrecen una solución sostenible a largo plazo.
Apoyo a normativas internacionales
Las estadísticas muestran que los delitos cometidos por adolescentes entre 14 y 16 años representan un porcentaje muy bajo del total de delitos en el país. Además, organismos internacionales como Unicef y la ONU recomiendan mantener una edad mínima alta para la imputabilidad, protegiendo los derechos de los menores.
Monseñor Jorge Lozano y otros obispos han expresado su negativa a la posibilidad de reducir la edad de imputabilidad. La Iglesia Católica insiste en la prevención y en la necesidad de pensar con esperanza en el futuro de los niños y jóvenes.
Desde su perspectiva cristiana y su compromiso con la realidad carcelaria, la Pastoral Carcelaria Argentina reafirma su «No a la baja de la edad de la imputabilidad». Continuarán abogando por una vida nueva para todos, en un mundo de hermanos con iguales oportunidades para crecer y prosperar.
Crédito de la nota: Vatican News
Foto: UNICEF Argentina
Más historias
No olvidemos a los niños atrapados en la violencia
Luz para los niños de Ruanda
El coro de Lea y los huérfanos de guerra: «Cantar es nuestra oración por la paz»